Élisabeth-Claude Jacquet de La Guerre (Compositora)
Élisabeth-Claude Jacquet de La Guerre nació en la Saint-Louis-en-l'Île de París el 17 de marzo de 1665 y falleció en París, el 27 de junio de 1729).
Fue una renombrada compositora e intérprete de clavecín francesa.
Élisabeth Jacquet de La Guerre (nacida Élisabeth Jacquet) nació en 1665, siendo hija de Claude Jacquet, un organista de la iglesia parisina de Ile-Saint Louis, y de Anne de la Touche, su mujer. Ambos progenitores eran músicos y procedentes de familias de intérpretes, profesores y constructores de claves. Tuvo tres hermanos, Nicolas, Anne y Pierre, los cuales fueron también músicos.
Élisabeth comenzó la interpretación de instrumentos de tecla a edad muy temprana, siendo presentada por su padre a Luis XIV con sólo cinco años de edad. Pronto se trasladó a Versalles aceptando una oferta de Madame de Montespan, amante del rey francés, y allí permaneció deleitando a la corte francesa con su música hasta contraer matrimonio.
En 1684 se casó con Marin de La Guerre, organista, mudándose con él a París. Pero no por ello abandonó su trabajo ni sus encargos para Versalles. Siguió actuando en conciertos públicos y privados, impartiendo lecciones particulares como clavecinista y componiendo obras. Un ejemplo es su ópera Céphale et Procris (Jacquet de la Guerre), de gran éxito. También compuso un ballet por encargo de la corte de Versalles, Les jeux à l’honneur de la victoire (1691), que tristemente no se conserva.
Hacia 1687 publica un libro de piezas para clavecín en el que aparecen algunas de sus suites de danzas francesas para teclado más célebres, incluyendo en ellas Preludios, Chaconas y Tocatas. Al igual que su contemporáneo François Couperin, en estas obras de La Guerre muestra un estilo compositivo entre lo italiano y lo francés.
En el año 1700 quedó viuda y perdió también a su único hijo, de sólo diez años de edad y un prodigio del clave, al igual que su madre. Este fue el suceso más trágico de su vida y fue seguido de un triste silencio profesional.
Hasta 1707 Élisabeth deja de componer. Es en este año cuando publica su segundo libro de clavecín. Además, se adentra en las nuevas formas italianas con sus sonatas en trío para violín y sus cantatas. De esta última forma tiene dos libros que constituyen ejemplos únicos de colecciones de cantatas francesas con temática bíblica. Son sus Cantates françoises sur des sujets tirez de l'Ecriture, livre I (1708) y sus Cantates françoises, livre II (1711), destacando tres dedicados a mujeres de la Biblia: Ester, Susana y Judit. La mayoría las escribió para voz y bajo continuo, mientras que otras están escritas avec Simphonie, acompañándose por uno o varios violines y flauta opcional.
En 1715 publicaba su última gran obra, el tercer libro de Cantates françoises. Este último presenta temáticas mitológicas, destacando Sémele. Su última obra conocida fue un coral encargado para celebrar la recuperación del rey Luis XV de una infección de viruela, lo cual nos da una idea del prestigio que consiguió como compositora. Desde entonces hasta su muerte, el 27 de junio de 1729, Élisabeth Jacquet de La Guerre fue retirándose paulatinamente de la vida pública.